Belmonte 100 años de alternativa
Relatos sobre las anécdotas que se recogen en el libro “Juan Belmonte, matador de toros” del autor Manuel Chaves Nogales.
Belmonte regresa a España en otoño de 1918 después del viaje de novios, el cual, deseando los novios pasar desapercibidos y perderse en una ciudad tan grande como Buenos Aires, no pudieron hacer lo deseado, ya que en aquella ciudad todo el mundo los conocía y un poco de intimidad era imposible. Los novios no tuvieron otro remedio que escapar a Nueva York para disfrutar de su tan ansiada luna de miel.
Una vez en España y después de muchos meses de ausencia, la boda de Belmonte, fue la comidilla de todo aquel tiempo; las ganas de ver a la esposa de Belmonte era máxima y la curiosidad de la gente se vio patente nada más llegar a Cádiz y Sevilla.
A las viejas comadres de Triana aquella mujer no les gustaba, físicamente no se podría encuadrar, aquella mujer delgada, dentro de los cánones de belleza que por aquel entonces se tenían en España y la frase más comentada por aquellas mujeres era «¡valiente sardina se ha traído Juan!»
En febrero de 1919 empieza a torear en un año que sería el más fructífero de su vida llegando a torear 109 corridas y matado a 230 toros. En aquel tiempo Belmonte tenía una destreza y una seguridad en el ruedo que, acompañado de la excelente preparación física, hacia de su toreo un acto seguro y con un aplomo y dominio que nunca había tenido. Pero el problema vendría por parte de lo más íntimo de su persona llegando a aburrirse él mismo de aquel toreo insípido y sin riesgo donde faltaba entusiasmo y a medida que crecía su predominio profesional su intimo fervor disminuía.
Aquel sentimiento de aburrimiento se trasladaba al público y la gente ya no vibraba tanto con Juan Belmonte así como con Joselito. Ambos toreaban unas cuarenta corridas juntosl, por tanto la amistad que se fraguó entre ellos resultó muy fuerte, se encontraban en los hoteles, viajaban juntos en los trenes y Joselito llegó a intimar con Belmonte de una manera muy cercana, pero la gente empezaba a aburrirse de los dos debido a la impresión de seguridad que daban ambos en la arena.
Toreando un Mayo de 1920 en Madrid y esperando en el patio de caballos, un grupo de aficionados empezaron a increpar a los maestros, agitando sus entradas, llamándoles ladrones y estafadores ya que pensaban que cobrando lo que cobraban habían eliminado el riesgo en la lidia y se estaban enriqueciendo impunemente. Ante esta agresión Belmonte respondió a uno del increpadores diciéndole que si se sentían estafados debían denunciarlo, pero Joselito se quedó encogido de hombros y le produjo una gran impresión, le comento a Belmonte que la solución a todo aquello debía pasar por dejar de torear en Madrid durante una temporada y así el público se pudiera ilusionar con otros toreros, a lo que Belmonte le contestó que contase con él.
Al día siguiente Joselito tenía que torear en Madrid de nuevo pero rompió el contrato y toreo en Talavera de la Reina donde, sin saberlo, tenía una cita ineludible con la muerte.
Cap.1.- Primera heroicidad
Cap.2.- Cazador de leones
Cap.3.- Ha nacido un torero
Cap.4.- Una verdad revelada
Cap.5.- El segundo de La Tablada
Cap.6.- El que para, manda
Cap.7.- Un “Tancredo”, veintitrés reales
Cap.8.- Juan “Er der Monte”
Cap.9.- Los panecillos de Elvas
Cap.10.- Rios de sopa y montañas de pescado
Cap.11.- El Cambiazo
Cap.12.- Aún hay justicia en la tierra
Cap.13.- Llegó el amor y Sevilla
Cap.14.- ¡Mátame,asesino,mátame!
Cap.15.- A Valencia con amor
Cap.16.- Estaba decidido, aquella tarde moriría
Cap.17.- El melonero de Triana
Cap.18.- ¡Viva Belmonte!
Cap.19.- El peor percance de mi vida taurina
Cap.20.- Madrid estaba conquistado
Cap.21.- ¡Cinco dias sin dormir y toreando!
Cap.22.- Valle Inclán y amigos
Cap.23.- La Alternativa
Cap.24.- De vuelta a España
Cap.25.- Gallistas&Belmontistas
Cap.26.- Buen hacer o buena suerte
Cap.27.- Belmonte y el miedo
Cap.28.- España-Lima-Amor
Cap.29.- Lima-Venezuela-Cuba-Argentina
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