Belmonte 100 años de alternativa
Relatos sobre las anécdotas que se recogen en el libro “Juan Belmonte, matador de toros” del autor Manuel Chaves Nogales.
Comienza del año 1914 y con él la gran rivalidad entre Joselito “Gallito” y Juan Belmonte, lo que se vendría a llamar Gallistas y Belmontistas.
A partir del 15 de Marzo de 1914 en Barcelona la alternancia con Joselito fue habitual y, tanto al público como a las empresas, lo que les importó fue poner frente a frente a Joselito y a Belmonte.
Joselito era un rival terrible, su juventud y el no tener percances, hacían de él un ser altivo, justo enfrente estaba Belmonte, un torero con un aspecto y una apariencia de torero normal que debía realizar un gran esfuerzo para superar aquellas faenas.
La primera vez que se encontraron fue en uno de aquellos tentaderos donde el ganadero invitaba a un torerillo, digamos “titular”, que era el caso de Joselito y , los demás torerillos que se acercaban a estos tentaderos a buscar una oportunidad de lucirse ante las personas influyentes que allí iban invitadas, este era el caso de Belmonte.
Aquella tarde toreando Belmonte muy ajustado, Joselito le gritó –“¡por ahí no, muchacho, que te va a coger!” Efectivamente le cogió, pero Belmonte se levantó y siguió toreando por el mismo sitio y en los mismos terrenos arrancándole al animal cinco o seis pases con mucha emoción para el público existente, entonces Belmonte miró a Joselito y le dijo: -¡Que me iba a coger, ya lo sabía yo! ¡La gracia estaba en torearla ahí! Joselito le volvió altivamente la espalda.
Aquel año Belmonte debe torear de nuevo en Sevilla con Joselito, después de unas malas actuaciones en Sevilla y en Madrid además de una cogida en Murcia, Belmonte se encuentra muy lesionado y no puede presentarse al compromiso Sevillano a lo que los Gallistas reaccionan cantando victoria y dejando caer que la lesión de Belmonte es un pretexto para no torear con Joselito.
Belmonte se compromete a reaparecer en Sevilla en la Miurada y, así lo hizo, aquella tardea su primer Miura le hizo una gran faena con la izquierda, para acallar los rumores de que solo toreaba por la derecha, de una bella factura. En el segundo tuvo igual fortuna y la locura se apoderó de Sevilla, los Belmontistas se dirigieron al real de la feria y más concretamente a la caseta de los Gallistas, llamada “El Gallinero”, la cual aquella noche estaba poco concurrida y, pasando altivamente con un gesto de triunfo le gritaron: ¡Ea, Gallistas, a cerrar!
Aquella corrida fue una de las más apoteósicas de Belmonte.
Cap.1.- Primera heroicidad
Cap.2.- Cazador de leones
Cap.3.- Ha nacido un torero
Cap.4.- Una verdad revelada
Cap.5.- El segundo de La Tablada
Cap.6.- El que para, manda
Cap.7.- Un “Tancredo”, veintitrés reales
Cap.8.- Juan “Er der Monte”
Cap.9.- Los panecillos de Elvas
Cap.10.- Rios de sopa y montañas de pescado
Cap.11.- El Cambiazo
Cap.12.- Aún hay justicia en la tierra
Cap.13.- Llegó el amor y Sevilla
Cap.14.- ¡Mátame,asesino,mátame!
Cap.15.- A Valencia con amor
Cap.16.- Estaba decidido, aquella tarde moriría
Cap.17.- El melonero de Triana
Cap.18.- ¡Viva Belmonte!
Cap.19.- El peor percance de mi vida taurina
Cap.20.- Madrid estaba conquistado
Cap.21.- ¡Cinco dias sin dormir y toreando!
Cap.22.- Valle Inclán y amigos
Cap.23.- La Alternativa
Cap.24.- De vuelta a España
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