Curro Dí Azpeitia
30 de julio de 2017. Plaza de toros de Azpeitia, cerca de ¾ de entrada.
Encastados toros de Ana Romero, parejos de presentación (feo y terciado el quinto) pero distintos de juego y comportamiento. Poco recorrido en general, muy peligroso el primero, destacaron segundo y tercero por su acometividad.
El mayoral de esta ganadería recogió el trofeo al mejor toro de 2016 por Melva.
Curro Díaz. Pinchazo sin soltar bajísimo, dos pinchazos más y estocada desprendida. Silencio.
Estoconazo y descabello. Oreja.
David Mora. Estocada trasera y oreja.
Bajonazo paletillero. Saludos.
Borja Jiménez. Media estocada caída atravesada. Oreja.
Pinchazo bajo y media estocada. Ovación con saludos.
Derriba de forma espectacular en la primera de dos varas el que abre plaza. La faena de muleta de Curro comenzó doblándose por abajo pero poco más pudo hacer frente al primero que se quedaba muy corto y tobillero, revolviéndose en el acto. Lo intentó de todas formas y se agradece el hecho de abreviar. No hacía frío en esta fea tarde así que no se entienden las palmas en el arrastre.
Hablemos de banderillas: ahora no clavo, ahora sí, ahora no, ahora sí. Cuatro entradas, cuatro palos en el lomo. Exacto. Fue el cuarto un toro tardón lo que obligó a Díaz a esforzarse en un arduo trabajo para convencerlo y meterlo en faena. Y a fe que lo fue conquistando dejando siempre ese aroma de torería, arte y momento de forma en estado de gracia. Se volcó en la estocada y si la he visto desprendida no me acuerdo. Torerazo.
Con un ¡oh! casi unánime fue recibido el cárdeno claro ¡pero claro! al que luce David Mora dejándolo largo en el segundo puyazo y allá que va. Dos chicuelinas y media verónica conforman el quite de Borja antes de destocarse ¿como siempre? en banderillas Ángel Otero, grande. Portaba Cartuchero en su pitón derecho dos orejas para quien supiera torear en redondo porque por el izquierdo nada, ni una mirada soportaba. Así que ya se sabe, decisión y palante, con firmeza en los pies construyó el madrileño una sobria faena, como queda dicho, con la mano derecha. Merecida oreja y debe revisar David los frenos tal como quedó demostrado en la estocada.
Culipollo define la tauromaquia contemporánea la constitución anatómica del quinto. Doblones de comienzo y se echa el torito. Trabajo costó que se levantara y no sé qué sería mejor, faena de altibajos por parte de ambos que no llegaron a entenderse en ningún momento. Incierta la embestida encontró reservas excesivas por parte de un Mora despegado y toreando hacia afuera.
Palmas para recibir al tercero, larga cambiada de rodillas de Borja Jiménez y quite por delantales. Al revés que el anterior en orden de salida, era éste mucho mejor por el izquierdo exigiendo en contraprestación más decisión y mejor manejo de la muleta como por ejemplo algún desarme inexplicable. No encontró lo solicitado en el de Espartinas al que le sobraron una tanda de molinetes y algún gesto al público al que debe provocar con su labor, no con la cabeza. Pese a esas costuras visibles, dulces pecados de juventud, se recompensó su lidia con una oreja.
También se saludó la salida del cárdeno que cerró la tarde. ¿Se acuerdan del segundo? En el segundo intento de entrada al caballo lo deja largo Jiménez y el toro le pregunta a Catalina que cómo quiere el arroz. Lucha y entrega caracterizaron el último acto de hoy pero sin fruto ante la falta de calidad del astado, obteniendo de forma muy justa el reconocimiento de un público que sabe, y muy bien, ver y valorar lo que sucede en el ruedo en su justa medida. Exacta.
Romero, Díaz, Javier… Hay que llamarse Curro para torear bien. Jimén… no, perdón, es otra cosa. Aunque mis padres decidieran delante de la pila ponerme Francisco Curro, así literalmente, no lo haría como lo hacen estos maestros ni en la Play, tendría miedo, seguro.
Se fue Curro Díaz los dos días a pie pero recogiendo unas ovaciones tan sinceras y merecidas como cariñosas.
Texto: Finito de Teis
Fotos: Charo Lorenzo
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