14 de agosto de 2016. Tercera y última de feria. Plaza de toros de Pontevedra, tres cuartos de entrada.
Toros de Torrealta, bien presentados y desiguales de juego, no destacando ninguno por calidad.
El Fandi. Estocada desprendida y dos orejas
Estocada desprendida, aviso y dos orejas
Manzanares. Estocada y oreja
Estocada y dos orejas.
Cayetano. Tres pinchazos y casi entera. División.
Estocada y aviso. Oreja y fuerte petición.
Tres eran tres los toreros acartelados, dos salieron a hombros y uno sólo el jaleado. Así está Pontevedra, enamorada de El Fandi al que le regaló todas las orejas que pudo, no tengo más que darte.
Muy variado e interesante el saludo capotero del granadino al que abrió plaza, lo llevó al caballo en un galleo por chicuelinas y lo quitó por lopecinas. Empezamos bien. Arde la plaza en banderillas, el tercer par al violín y para al toro a una mano, se viene abajo el coso, corea el público: “Fandi, Fandi, Fandi…”. Creo que ya hubo petición de orejas, no podría asegurarlo.
Con dos muletazos de rodillas inicia una faena sin apreturas y sin apretar, sin exprimir. Si ya conocemos a David no conocimos, no llegamos a apreciar todo lo que este toro traía.
El cuarto fue picado ni en el norte ni en el sur, ni en el día ni en la noche, ya me entienden, donde se pudo, donde coincidió, allí mismo, aquí te pillo, aquí te pico. Lo había parado el matador con la rodilla flexionada y de nuevo bien con la capa, buen capotero se está haciendo El Fandi, quite por chicuelinas.
Sus pares tienen de espectáculo lo que no tienen de ejecución. Era este quejumbroso un toro que se salía de la suerte y a eso contribuye este trasteo actual despegado y hacia fuera. Por este motivo no llegó con tanta fuerza al público además de que careció de ligazón la faena. Los desplantes de rodillas y un ponciano abaniqueo por la cara reavivaron las fuerzas y la petición. Una ligerísima travesía en la estocada hizo que tardara en doblar el toro pero de igual modo se fue desorejado al desolladero.
Sometió Manzanares al segundo, toreo también moderno con toque clásico, hasta que cantó la gallina, lo que un caramelo en la puerta del colegio duró un toro que descaradamente buscó la puerta de chiqueros de vuelta y allí tuvo el alicantino que acabar la faena, en las tablas. Si bien lo degolló, en el largo barbeo posterior quizá perdió el doble trofeo.
Flojito de manos el quinto en el que Jose Mª puso su elegancia para componer la figura pasándoselo, eso sí, más cerca que en su primero. Toreó muy despacito al ritmo exigido por el enfermo que amenazaba derrumbe ya antes de la estocada.
Un abanto era el tercero que disimulaba su querencia con el trote. Abanto y manso. La lidia en los dos primeros tercios fue un show, un desastre, haciéndose necesaria la presencia de El Fandi. Otro toro que se fue sin que pudiéramos casi verlo; tras un susto en la muleta, macheteo por la cara y abrevia Cayetano.
Nuevo en esta plaza, quiso unirse a la fiesta en el sexto y casi lo consigue, el público así lo exigió a la muerte del último de la feria 2016. Brindó al público y también comenzó de rodillas para pasar sin preámbulos al toreo al natural. Faena de arquitecto, con la derecha recordó el toreo postmoderno hacia fuera y ya no hubo forma, oye. Cogió el tiralíneas y no lo soltó, no hay manera de quitárselo, tú. Faena de delineante.
Y así se acabó el cuento, dos toreros a hombros y gritos de “Fandi, Fandi, Fandi…”. Es ésta una plaza que garantiza el trabajo a los miembros de la banda de música y a los porteadores.
Sin más, nos vemos dentro de un año. Sean felices, que bien lo merecen. Gracias.
Texto y fotos: Finito de Teis
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