Feria de la Peregrina 2013
Toros de la ganadería Victoriano del Río, procedencia Juan Pedro Domecq Díez, para los diestros:
Julián López Escobar “El Juli”, Alejandro Talavante y Miguel Ángel Perera.
Julián López Escobar «El Juli» (Datos) (Cuadrilla)
Alejandro Talavante (Datos) (Cuadrilla)
Miguel Ángel Perera (Datos) (Cuadrilla)
Y fueron felices…
Plaza de toros de Pontevedra, tres cuartos de entrada. 4 de agosto de 2013. Segunda de feria.
Tres toros de Victoriano del Río (3º, 4º y 6º) y tres de Cortés. Parejos de hechuras, dieron buen juego gracias a su movilidad. Destacó el primero que dio la vuelta al ruedo en el arrastre.
El Juli. Estocada desprendida y aviso. Dos orejas.
Estocada. Oreja y fuerte petición.
Miguel Ángel Perera. Pinchazo y estocada desprendida. Oreja.
Estocada. Oreja y petición
Alejandro Talavante. Estoconazo. Oreja y petición.
Estocada pelín desprendida, descabello dejándolo y oreja.
Sin ánimo de menospreciar en absoluto lo acontecido en la plaza tenemos que decir que pese al número de orejas cortadas, la cosa fue de más a menos. Y todo porque lo mejor sucedió en el primero, un bendito que recordó lo inútil de ponerle nombre a los recién nacidos sin conocerlos. Recibió El Juli a este Durmiente con un excelente saludo capotero y unas chicuelinas al quite para empezar con una tanda sin enmendarse. Bordó el toreo, el bueno, el de toda la vida con las dos manos y llegó a arrastrar la muleta por el albero sanroqueño aprovechando el empuje, la nobleza, fijeza y repetición del astado. Firmó una brillantísima faena con unas manoletinas, eso sí, al hilo antes de desorejar al de Cortés. En el cuarto vimos a un toro meter los riñones en el caballo, el ejemplo claro de lo que por esto se entiende. Como al primero, un puyazo, dos pares y al lío. Doblones de inicio para obligar siendo esto último la tónica de toda la lidia tratando de enseñar a quien no quiere para acabar convirtiéndose aquello en una lucha de gallos que bien aceptarían ambos contendientes firmando tablas.
Después de lo visto en el primero, una buena faena de Perera llevaba encima el peso de la comparación y se notó. Un quite por tafalleras no muy allá dio paso a una faena con cierta carencia de técnica en la que sí citó, templó pero no mandó. En detrimento suyo corre involuntariamente su estatura y longitud del brazo que restan empaque a la lidia. Se ayudó de circulares, desplantes y miradas al tendido reclamando la atención y mejor valoración de lo que allí se estaba haciendo. Gustó más en su segundo dado el motor que llevaba el toro. Otro quite por chicuelinas y una faena que sí bien aprovechó los desplazamientos del animal hasta que se aburrió e intentó irse a tablas, estuvo en todo momento algo descargado, sin redondear los pases y sin llegar a atrás nunca. Como una autovía y él en la mediana, rectilíneos los viajes.
Mejor Talavante hay que decirlo y tras un quite por… por… ¡sí! por chicuelinas, comenzó una vibrante faena a un rebrincado toro que no llegó a humillar pero sí supo sacarle jugo en un trasteo en el que claramente estuvo muy por encima del animal. Y llegó el comandante y mandó parar. Iba a comenzar el último tercio del sexto cuando se arrancó la banda con el pasodoble que con gran criterio detuvo el extremeño con el simulado a modo de batuta. Volvería a sonar más adelante. Inteligente la faena de Alejandro que aprovechó cada viaje para vaciar la embestida. Remató de rodillas y el conjunto de las dos lidias le valió para salir en hombros junto con sus dos compañeros y el mayoral de la ganadería.
Gran tarde taurina de domingo, divertida corrida, se cortaron siete orejas a seis toros, se pidieron más, no sé cuantos brindis al público vi, hubo y hay trabajo para capitalistas (en uno se convirtió un mulillero) y músicos… ¡Alegría! que por algo esto se llama Fiesta.
EL JULI:
PERERA:
TALAVANTE:
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