Fallas 2013
MATINAL:Toros de Fermín Bohórquez para Andy Cartagena y Diego Ventura.
Procedencia: Murube – Urquijo
TARDE: Toros de Juan Pedro Domecq. (3º Ganadería Parladé) para Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Daniel Luque.
Procedencia: D. Juan Pedro Domecq y Díez
MATINAL:
TARDE:
Quites, sustos y detalles
Plaza de toros Valencia. San José y última de feria. Casi lleno en los tendidos. Se jubiló el alguacilillo Gabriel Hernández, Enrique Ponce le cortó el plumero y Luque le brindó el sexto toro. Salieron cinco toros de Juan Pedro Domecq, malos y desiguales de juego y presentación, dos de Parladé (2º bis y 3º) y uno de Jandilla de sobrero en el sexto. Enrique Ponce. Estocada casi entera desprendida. Silencio. Aviso, dos pinchazos sin soltar, otro hondo, intento y descabello. Ovación Morante de la Puebla. Pinchazo, intento de descabello haciendo hilo el toro cogiéndolo por la banda de la taleguilla, pinchazo, media contraria y descabello. Silencio y pasa a la Enfermería. Pinchazo hondo, aviso, intento y descabello. Vuelta al ruedo. Daniel Luque. Estocada desprendida y algo trasera. Oreja. Estocada desprendida y dos orejas.
Se acabaron las Fallas 2013 y en cuanto a la corrida de hoy los números no reflejan lo sucedido y los goles de Luque no concuerdan con los merecimientos de los equipos sobre el campo. Empezaremos por el principio donde saltó un toro sin fuerza ninguna que ni siquiera derribando al caballo por engancharlo mal logró engañarnos ni disuadirnos de su completa y absoluta falta de fuerzas. Macheteo por la cara de Enrique Ponce y a esperar al cuarto. En éste ofreció un quite por delantales contestado a la verónica por Morante. Brinda al público para pasar al correcto, poncista y más clásico toreo del Ponce de toda la vida, ya me entienden ustedes. Repertorio de siempre, poncinas incluidas y la mano izquierda para llevar un reloj que hoy no se puso porque ya pasaban 40 segundos del tiempo y él a lo suyo, lo interrumpió el presidente ¡vaya por Dios!. Le había ganado la batalla y justa la ovación del paisanaje por haber estado por encima del astado. Las orejas se cortan con la espada. Entre los dos toreros, justo en medio había un artista que tuvo que abreviar ante un toro parado que se convertía en brusco cuando decidía moverse. Sobrero tras un jabonero cinqueño devuelto sin fuerzas para sostenerse en pie, recibió un garboso saludo capotero rematado por dos medias y revolera espléndidas. Esbozó Luque un quite por delantales sin fuste y en un par apuró a El Lili que se vio salvado gracias a Jaime Padilla y a un señor que se quedó sin periódico al lanzárselo al testuz. Y a la hora de matar nuevo susto resultando cogido Morante en la taleguilla tras un intento de descabello y en el que se clavó su propia cruceta en el tobillo. Pero fue en el quinto donde se vio lo sublime. Gaoneras sin chicha ni limoná de Luque y claro, se vio respondido por unas lujosas chicuelinas. Inicia el repertorio de muleta por estatuarios y le sigue una faena que debería ser vista en blanco y negro para ser creída. Clásica, atemporal, añeja… lo que quieran: brillantes los ayudados, largos los de pecho rebozándose de toro… Era mejor el toro por el derecho y ahí basó José Antonio otra faena para el recuerdo que se convertirá en tratado de tauromaquia. ¿Saben qué es el temple? ¿Saben qué es la colocación? Él sí. Ver faena de Morante
Estuvo bien Luque en el que hacía tercero y que sí tenía calidad pero no fuerza para levantar una faena que con mucho temple y gusto lidió el sevillano. Brindó al público y éste al final le correspondió con una justa oreja. Se describió Daniel en el sexto en el que por su culpa fue de más a menos, defectos del joven. Si bien ya no es aquel alocado y temerario toricantano que se atropellaba durante la lidia, sigue ahogando a los toros al no darles la distancia exigida por cada uno. Y es esa proximidad la que le obliga a perder pasos al final de cada pase. Hoy lo demostró. El toro fue bueno y ovacionado en el arrastre pero tuvo que esperar hasta entenderse con su matador y ya quedaba poco que hacer, luquesinas y a por la espada. Gusta en Valencia, el público le quiere y exigió para él las dos orejas del buen sobrero de Jandilla. Ni que decir tiene que el titular de Juan Pedro ¡vaya encierro! gustaba de arrastrarse.
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