Y cuando caían las primeras banderillas al preverse la retirada de Aparicio, se para en el tercio, llama a sus compañeros de terna y es El Fandi quien le retira el añadido. También esto es un gesto torero. Con él algo mitigó la bronca y fueron menos las almohadillas que llegaron al suelo venteño pero no se libró de ella, aunque acompañada de unas palmas que recordaban unos momentos ya atrás en el tiempo y una carrera como torero que quizá debió acabar hace… no lo sé, él tampoco lo supo. Respeto.
Buenas noches.
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