Belmonte 100 años de alternativa
Relatos sobre las anécdotas que se recogen en el libro “Juan Belmonte, matador de toros” del autor Manuel Chaves Nogales.
Después del clamoroso fracaso en Sevilla, donde se le fue el novillo a los corrales, Juan descansa esa misma noche en la plazoleta de San Jacinto junto con algunos incondicionales. La noche está calurosa, es Julio y la brisa corre dándole en la cara, esto hace que el maestro cierre los ojos y entre en un placentero sueño.
Al despertar siente el contacto de una mano, la mano de su amada. No se hablan y cogen un coche de caballos y dando un paseo pasan el puente y el arenal demostrándose todo el amor que se tienen, paran en una venta donde toman una manzanilla de San Lucar y de repente aparece Calderón que los recrimina a ambos, a Belmonte por su mala vida y a ella por llevarlo por ese camino de perdición.
En casa de Belmonte la situación es muy fea, a sus hermanillos les falta lo básico y a Juan le dan todos la espalda, amigos, seguidores, protectores, familia etc…entonces reacciona y se pone a trabajar en la obra cumbre de la Sevilla de aquella época, se hacía una corta en el Guadalquivir para desviar su curso a la altura de Tablada y Juan tiene como cometido dar aire a un buzo, trabajando hace muchas amistades pero ningún amigo y además tal y como pintan las circunstancias no está para camaraderias.
Belmonte pasa así todo aquel invierno, con mal vestir, mal comer, solo hace trabajar y la única alegría es el amor que le procesaba aquella mujer. Llegó la primavera y con ella las ganas de torear se acrecentaron, así como el trabajo estaba cerca de Tablada las tardes las aprovechaba para torear con una blusilla como muleta.
Una tarde toreando junto a la orilla del río, desnudo por cruzar el río a nado, desde la otra orilla unas muchachas estaban mirando como toreaba aquel mozo desnudo en el agua, en un lance el becerro le golpea con el pitón en el labio por lo que la sangre que derramaba era abundante y aquellas muchahitas empezaron a gritar y a correr al ver aquel mozo con todo su cuerpo lleno de sangre.
La temporada taurina daba comienzo y nadie se acordaba de Belmonte y el único que confiaba en el era Calderón que ya había hablado con un amigo suyo empresario de Valencia. Un día Calderón le comentó a Belmonte si quería ir a torear a Valencia y Juan sin pensarselo buscó algo de dinero y se metió en el tren con un hatillo,12 pesetas y el retrato de su amada, el cual a lo largo del viaje, lo sacaba lo contemplaba y lo besaba, así llegó a Valencia con amor.
Cap.1.- Primera heroicidad
Cap.2.- Cazador de leones
Cap.3.- Ha nacido un torero
Cap.4.- Una verdad revelada
Cap.5.- El segundo de La Tablada
Cap.6.- El que para, manda
Cap.7.- Un “Tancredo”, veintitrés reales
Cap.8.- Juan “Er der Monte”
Cap.9.- Los panecillos de Elvas
Cap.10.- Rios de sopa y montañas de pescado
Cap.11.- El Cambiazo
Cap.12.- Aún hay justicia en la tierra
Cap.13.- Llegó el amor y Sevilla
Cap.14.- ¡Mátame,asesino,mátame!
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