Posted On 19/03/2013 By In Belmonte, 100 años de alternativa With 2081 Views

Los panecillos de Elvas

Juan Belmonte, 100 años de alternativa

 

Relatos sobre las anécdotas que se recogen en el libro “Juan Belmonte, matador de toros” del autor Manuel Chaves Nogales.

 

A Juan Belmonte se vistió de luces por primera vez en el paiss vecino y más concretamente en Elvas, con untraje de luces destartalado de alquiler y junto con uno de sus compañeros de banderillero, cuyo traje estaba más destartalado. Su primer nombre artístico fur Montes II y no fue porque él quisiera que así fuese sino porque Belmonte sustituiría al tal Montes II y, los carteles ya estaban hechos, por lo que no tuvo más remedio que adoptar ese nombre.

En el festejo se prometía un encuentro en la arena entre toreros Sevillanos contra Trianeros, así el viaje deida fue una auténtica odisea y el que lo contrató no tenía el suficiente dinero para llegar a Badajoz por lo que entre todos se rascaron el bolsillo para pagar lo que faltaba del total. Una vez llegados a Badajoz, allí solos, el contratista llamó al Elvas para que mandaran un coche a recogerlos, con la escusa de que así, su llegada al pueblo sería más espectacular; el coche tardó demasiado y todo fue que el chofer ya los había visto varias veces tirados en el parque esperando pero se esperaba a unos toreros españoles enfundados en sus elegantes trajes de luces, entre tanto la llegada del coche no se realizaba, Belmonte y su banderillero se habían apartado del grupo y con una pesetilla que Juan había escondido, se compraron unpoco de chorizo con pan, cuando volvieron a donde estaban sus compañeros de viaje, estos se dieron cuenta de que aquellos Trianeros habían comido algo a sus espaldas y, allí fue donde empezó la real rivalidad entre lo Sevillanos y los Trianeros.

Subidos al coche y llegando ya a Elvas el chofer los llevó a una fonda donde les esperaba el empresario, que los recibió con una bienvenida en forma de discurso que les dió mientras ellos solo tenían ojos para aquella mesa llena de panecillos de pan que enfrente de ellos estaba preparada para que ellos comieran. A medida que el empresario hablaba y hablaba los panecillos iban desapareciendo.

Aquella noche la pasaron tanto Belmonte como su banderillero arreglando los trajes desgastados, así pidieron tinta para escribir y fueron pintando de negro aquellos desgatados trajes, el arreglo no quedó mal aunque lo peor sería en el ruedo cuando empezaran a sudar.

Antigua Plaza de toros de Elvas (Portugal)

Antigua Plaza de toros de Elvas (Portugal)

Una vez en el ruedo aldía siguiente la gente a simple vista ya se dieron cuenta de quienes eran los toreros Sevillanos y quienes los Trianeros, unos con los s trajes bonitos, lustrosos y garbosos y los otros desastrosos y desaliñados, pero o que no sabian era que lo importante no eran los trajes sno el torear.

Empezada la lidia y como era costumbre en Portugal, en el mismo cartel se anunciaba lo que cada torero tenía como especialidad y gesta a realizar, en el caso de Belmonte o Montes II era poner unas banderillas a Portagayola, Juan se escaqeó como pudo de tal gesta que en su vida había escuchado y decidió prescindir de los gustos portugueses y cambió la suerte anunciada a lo que el publico respondió con una sonora bronca, pero por suerte el ganado era bravo y Belmonte se puso a torear como sabía y entonces el tendido se puso en pie y quedó bien claro que los toreros Trianeros habían triunfado.

Juan Belmonte llegó a Sevilla con un gran cartel, sin dinero y entrampado con el alquiler del traje en dos pesetas semanales, pero con el recuerdo imborrable de aquellos panecillos de Elvas.

 

Panecillo de Elvas

Panecillo de Elvas

 

Cap.1.- Primera heroicidad

Cap.2.- Cazador de leones

Cap.3.- Ha nacido un torero

Cap.4.- Una verdad revelada

Cap.5.- El segundo de La Tablada

Cap.6.- El que para, manda

Cap.7.- Un “Tancredo”, veintitrés reales

Cap.8.- Juan «Er der Monte»

 

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