Juan Belmonte, 100 años de alternativa
Relatos sobre las anécdotas que se recogen en el libro “Juan Belmonte, matador de toros” del autor Manuel Chaves Nogales.
Aquellos torerillos no seguian los canones establecidos y su lugar de reunión no era donde frecuentaban los demás, ellos se juntaban en el puesto de agua del convento de San Jacinto.
Su ídolo a seguir no era ninguno de los que por aquella época triunfaban como eran Bombita o Machaquito, su ídolo era Antonio Montes.
Se sentian y eran distintos a todos los demás y más concretamente Juan Belmonte que se creía en condiciones de ser el depositario de una verdad revelada.
Para pertenecer a ese grupo Belmonte no lo tuvo demasiado facil ya que las peores tareas le eran encomendadas al último y entre otras debía ir a averiguar si había toros en las dehesas y en los cerrados.
Una de las normas del grupo era que nunca se toreaba en capeas y solamente a campo abierto, fueron unas almas libres y llegado el momento de que Juan Belmonte ya era una figura, los componentes de aquel grupo siguió con aquellas ideas de libertad por lo que más de una vez Belmonte tuvo que mandarles tabaco y alimentos a la carcel donde poco a poco fueron cayendo en calidad de extremistas peligrosos.
Cap.1.- Su primera heroicidad
Cap.2.- Cazador de leones
Cap.3.- Ha nacido un torero
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